Queridos amigos
Cuando comenzamos hace un año a trabajar en este proyecto no imaginábamos el éxito que iba a tener. No, no nos referimos a las visitas que hemos tenido la suerte de recibir. El éxito del que queremos hablaros es de otro tipo. Se trata de un éxito más personal, más humano. Se trata de un éxito que realmente merece la pena compartir.
Evidentemente queremos hablaros de Psicomemorias, pero del proyecto. No queremos hablaros de números. Cuando ves que lo que tienes entre las manos es tan bonito, descubres que ese éxito es la satisfacción.
¿Satisfacción por qué?
Lo cierto es que esa satisfacción no es una variable fácil de medir, entre otras cosas porque cada uno de nosotros mide su propia satisfacción de una manera distinta a los demás. Pero hemos hecho un esfuerzo y nos hemos puesto de acuerdo para explicaros qué cosas -entre otras tantas miles que seguro se nos escapan- nos hacen sentirnos satisfechos.
Estamos satisfechos porque creemos que nuestro afán de rigor, con el cual hemos querido impregnar cada una de las palabras que hemos publicado en este último año, nos ha permitido no arrepentirnos en ningún momento de todo lo que os hemos contado.
Estamos satisfechos porque hemos aprendido, y mucho, a lo largo de este año, y sobre infinidad de cosas. Algunos hemos conocido ciertos rincones de la Psicología que permanecían ajenos a nosotros, otros hemos aprendido herramientas de trabajo, roles, métodos… y queremos no parar de aprender.
Estamos satisfechos por el esfuerzo que ponemos en cada detalle, un esfuerzo que nos ayuda a estar más cerca vuestra, a convenceros para que nos sigáis o a que lo que hacemos sea lo más accesible posible, en formas, en lenguajes, en licencia, etc.
También estamos satisfechos porque nos encanta la gente con la que convivimos en nuestro día a día en Psicomemorias. Somos un grupo de amigos que quizás ahora no sería tan amigo si hace un año no hubiera decidido apostar por esto. Esta es una gran satisfacción.
Y estamos satisfechos por teneros a vosotros.
Vosotros sois y seréis el motor de todo esto, sin vosotros como reflejo en el que mirarnos no nos esforzaríamos en ser críticos con nosotros mismos, en aprender, en convivir o en cuidar cada detalle que haga que sigamos coincidiendo. Gracias por apoyar y compartir nuestro trabajo, gracias por vuestras críticas.
Gracias por habernos ayudado a cumplir el primero de muchos aniversarios.